



Tras desaparecer del orbe virtual (pues me resulta imposible conciliar la vida familiar, y la laboral, con el papel de blogger de la tripulación), de nuevo el mascarón de este navío errante se muestra en la neblina. Brevemente. Con la fugacidad de los ensueños. Envuelto en un velo de irrealidad.
Parece que en cubierta de la nave se pueden vislumbrar dos pasajeros.
[Sigue]