Nada en la Procelosa Mar de las Ondas Hertzianas pasa de “ser” a desaparecer así, de golpe y porrazo; Todo lo que transita estas esferas deja atrás una estela, un rastro turbulento que mezcla el recuerdo de quien pasó con el fondo revuelto del océano.
Uno de esos vestigios, rescatado del abismo el Día de la Mujer, es el que hoy seguimos a fuerza de engañar al viento y la corriente.
[Sigue]
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