Navegamos al compás de la procelosa mar de las ondas hertzianas, vientos australes azotan nuestro navío, nacen de los lamentos más “sentíos”, que se escuchan a través del espacio-tiempo. Un día más partimos con ese arte que nos caracteriza en busca de nuestra etérea utopía. [Ay ay ay ay...] [Sigue]
jueves, diciembre 29, 2005
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